La sinfonía del escritor
Escritora que habla sobre sus novelas y sobre otros libros que ha leído y comparte opiniones con otros lectores. www.montseastray.com
Rozalén - Agarrarte a la Vida (Video Oficial)
Como cuesta hablar de nosotros mismos. Nos dicen “cuenta lo que realmente sientes”, “Que no te de vergüenza”, sé tu misma.
¡Que fácil!, dicho así parece sencillo, pero no lo es.
¿Cómo me siento?. No sabría explicar como me siento. Me siento vacía, me siento sola, aunque en el realidad estoy rodeada de gente, pero en esto, estoy sola. Debo aceptar algo, que mi mente se niega en rotundo a aceptar.
¿Cómo puedo explicar realmente lo que siento, si ni yo misma soy capaz de explicarlo?.
Soy una mujer y madre de dos hijos, son mi alegría, me hacen sonreír, por ellos sigo adelante, porque cuando ya no hay ganas de nada, piensas...tengo una familia, tengo un marido, y dos hijos que me quieren, me necesitan, no puedo defraudarles.
¡Otro motivo de presión!, tener que estar sonriente, cuando no quieres, o no puedes. Aparentas estar bien, para que los que están a tu lado, no sufran. No vean realmente lo destrozada que estás por dentro.
Mi marido, "el mejor del mundo", no podría tener una pareja más comprensiva que él. Me apoya día a día, y es con el único que me abro un poco, no del todo, porque no quiero que sufra. Él también tiene que lidiar son sus demonios, sus cargas.
¿Hasta que punto tiene una persona resistencia para aguantar esa presión?. ¿Cúando le llegará el turno a él, para romperse?. Lo pienso muchas veces. No es un robot, es un ser humano, que lucha, que muestra una sonrisa, aunque por dentro, seguro que no tiene ganas de reír.
Atiende diariamente a su familia, y también está pendiente de mi, por eso procuro no cargarle demasiado con mis pensamientos negativos. No necesita escuchar todo lo que realmente pienso o siento, porque le haré daño, y no quiero, no se lo merece.
Con mis hijos me trago mis lágrimas, suspiro, y pienso en otra cosa feliz, mi mente se va a ese lugar idílico, que creé, en donde estoy bien, en donde no tengo dolor, en donde vuelvo a ser la misma de siempre, disimulo, actuo, muestro una faceta de mí que no es la real, porque la real no gusta, no es adecuada para unos niños. No quiero verlos sufrir por mí. No pueden hacer nada por ayudarme, ¿Qué clase de madre sería, si yo permito que mis hijos sufran?. "No". Bajo ningún concepto, eso jamás. Ellos son, y serán para siempre, lo primero en mi vida. Su salud y su bienestar, está por encima de todo y de todos.
Ya sé que tengo que estar bien para atenderlos, para cuidarlos. Lo intento, no sabéis cuanto lo intento.
Este problema que tengo de salud no tiene solución solo encontrar la forma de quitar el dolor, por el momento solo hay parches temporales, o por lo menos eso ha sido así hasta el momento, llevar una vida medianamente normal es casi inviable. Sigo esperando ese milagro que me quite esos días de lluvia, y me saque de ese pozo oscuro, notar un poco de alivio, de calma, ya no digo del todo, pero por lo menos un poco. De ahí también mi incapacidad para ciertos trabajos.
A la par que la dolencia física, vino la dolencia mental, y la consiguiente medicación. Una parte de ti desaparece y debes aceptarlo, pero aunque lo racionalices tu cerebro se niega a aceptarlo, no es fácil.
Pasas por mil fases, la negación, la no aceptación, el duelo de perder esa parte de tu esencia. Nadie te entiende realmente, estás sola en esto y es algo que debes superar sola aunque tengas ayuda de tu terapeuta, tu familia, amigos, etc.. el dolor se acuesta contigo y se levanta contigo todos los días de tu vida y eso solo lo vives tú.
Vivir con dolor es lo peor que hay en la vida. Lo peor.
¿Cual es la solución?, por el momento no han conseguido encontrar la forma de aliviar el mío, y van ya tres años pero hay que luchar, eso dicen.
Mucha gente piensa, bueno, tampoco es para tanto, tienes una pensión, no vas a trabajar. ¡Pero que decis! ¿Cómo pueden decir eso?. Ojalá pudiera ir a trabajar, en lo que fuera, me daría igual, el caso es no tener dolor día y noche, y a veces no ver la salida
La escritura ha sido, y sigue siendo para mi el salvavidas, lo único que me hace sentirme feliz. Empecé a escribir para dejar de pensar, para evadirme, intentar que mi mente se centrara en otra cosa que no fuera el dolor.
En mayo salió mi primera novela “Una luz en la tormenta”, y realmente fue una gran luz a la que me estoy aferrando con uñas y dientes al fondo de un túnel muy profundo. Es la luz en la noche oscura en la que vivo. Un día de sol brillante que me ilumina el rostro, cuando solo puedo oír el sonido de la lluvia, de la tristeza, de la soledad infinita.
La escritura es mi pasión, ya de niña escribía cuentos e historietas que le leía a mi hermana, luego te haces mayor y dejas un poco de lado esos sueños, que piensas que jamás van a sucederte a ti.
Tuvo que pasar algo malo para que yo recurriera nuevamente a la escritura. La vida a veces es tremendamente curiosa, como nos marca el destino, quizá esto tenía que pasar, o mi destino era ese, y como no estaba yendo por donde debía, me dio un toque de atención, para que me fijase nuevamente en lo que realmente me hacía feliz.
Sí, la escritura me hace feliz, muy feliz. Cuando escribo solo estoy yo, y mi historia, nada más, no existen los obstáculos, no existen las barreras, no siento tanto el dolor, por lo menos por un periodo de tiempo determinado, pero en ese momento, mi mente está totalmente concentrada en lo que escribo, en ese mundo que he creado, en los personajes, los diseño, les doy forma, hasta que convierto esa idea en novela.
Algunas ideas las descarto porque no son adecuadas, otras en cambio me encantan, o retomo ideas anteriores para darles otro enfoque. Soy una escritora apasionada, disfruto con cada palabra, además de ser una lectora insaciable.
A veces me asusta ver la poca empatía que existe en este mundo, vivimos tan inmensos en nuestro día a día que nos olvidamos del sufrimiento de la gente. No hablo de mi caso, pero otros mucho más graves, que sufren trastornos, sean cuales sean, y lo triste es que la gran mayoría no lo ven hasta que no están del otro lado de la cuerda.
Mi patología al lado de otras, no es nada, pero para mí, es mucho, no me deja sonreír como antes, ni ser feliz de la misma forma, aunque lo intento cada día, pero cuesta, es una lucha diaria contra mí misma.
Escribir mi libro y publicarlo fue maravilloso y por un tiempo estuve más animada, más yo. Me sentí realizada el día de la presentación, me sentí feliz, estaba haciendo algo que quería hacer. En realidad ha sido un sueño hecho realidad.
Puedo decir que mi segunda novela ya está en marcha y que saldrá a la luz el próximo año o el siguiente, pero saldrá, y no puedo sentirme más dichosa de ver que los editores valoran mi capacidad como escritora, eso me llena de orgullo y satisfacción.
Miles y miles de personas como yo y peores luchamos día a día por estar un poco mejor, por lo menos por no sufrir.
Yo odio el victimismo cuando no es real, cuando haces la pantomima y finges, pero lo que yo padezco y lo que miles de personas en el mundo padecen, no es una pantomima, es real, lo vivimos día a día, y peleamos día a día por estar mejor, por sonreír, por tirar para delante, por levantarte de la cama, por vestirte y arreglarme, por pintarte la raya del ojo, porque no soportas mirarte al espejo pero hay que luchar un día más, no tienes otra opción. Te miras y no te gusta ver en que te has convertido, pero es nuestra realidad y la tenemos que asumir, duele, es difícil, y la sufrimos.
Hay muchísima gente que no empatiza para nada. No son conscientes de lo que significa luchar y que tu mente no quiera colaborar con esa lucha. No entienden lo que es vivir cada segundo de tu vida con dolor, y no te puedes olvidar, porque está ahí, simplemente finges. ¿Estás bien?, sí. ¿Qué tal todo?, bien. Sonríes y ya... porqué no puedes hacer otra cosa. Se lo cuentas a quien se lo deseas contar, pero la realidad es otra, lo que llevas puesto es solo un disfraz, mucho maquillaje para tapar ojeras o rojeces de llorar, pendientes, y vestidos para estar algo mona porque sí aún encima te ves fea.. vaya por Dios. "Esa es la realidad", todo apariencias. Pero de puertas para dentro la realidad es otra distinta.
Luego está la sociedad y el como nos ve. Los días que tengo algo menos de dolor no uso bastón, son más bien pocos los días que no tengo que usarlo, pero a veces no lo uso. Pues en una ocasión cruzando un paso de cebra un conductor me pitó porque caminaba muy despacio. ¿Es increíble?, lo miré fijamente, y no le dije nada más, continué andando despacio, porque no puedo andar rápido. Pero así funciona este país. Ven una persona joven, entre comillas, y creen que está bien de salud, dan por hecho que tienes que estar bien. Pues no, las enfermedades no miran la edad, llegan cuando llegan, y no por ser joven te libras.
Cuando te estigmatizan, a veces te sientes agredida verbalmente, o incluso con las miradas, los cuchicheos.. mira esa chica, tan joven.. y con bastón… o las preguntas de la gente, y tienes que contar tu vida. A veces no tienes ganas de contar tu vida a los demás, no siempre apetece, pero quieres ser educada, intentas buscar el término medio...la vida es así, hay para todos, etc.... no doy pie a más preguntas, porque no quiero, porque o bien no es el momento, no te sientes fuerte para hablar o no quieres hacerlo.
Otra gente, en cambio, ya lo notas en la mirada, que te pregunta de corazón, porque tienen una mirada limpia que no oculta nada, no es cotilleo, ni morbo, ni querer saber más, es bondad, lo preguntan por preocupación, pero eso se nota y ahí sí, es cuando me abro. Esas personas si merecen mi tiempo, y con ellas me paro, y les cuento las cosas, me siento cómoda haciéndolo, me trasmiten esa tranquilidad que necesito.
Lo que he aprendido con todo esto es que cuando crees que lo tienes todo controlado te das cuenta que no controlas nada, que todo cambia en un segundo, y que no te queda otra que adaptarte a esos cambios. A veces son duros de aceptar, como una enfermedad, como es en mi caso y otras veces son cambios positivos, y dices, pues que bien ,que maravilla.
Cuando vi este certamen me pareció una idea fabulosa, el de personas que sufrimos ciertos problemas de salud sean del origen que sean y podamos expresarnos, en primera persona, o que sean los familiares que también sufren las consecuencias, como no, ellos conviven con nosotros, y eso es un lastre. Les ocasiona también preocupación, inseguridad, pena y mucho sufrimiento.
No se dan cuenta que eso, ya es mucho, por lo menos para mí, que una persona te abrace, y te diga, tranquila, estoy aquí, no estás sola, yo te ayudo, yo te cuido, yo te acompaño en este momento tan difícil, no te sientas sola, porque no lo estás.
Eso, vale oro. Un simple abrazo de la persona indicada es lo mejor que hay, es como si soltaras cien kilos de encima, suspiras y sueltas esa presión que llevas contigo todo el día a cuestas. En mi caso, hay pocas personas que me hagan sentir esa sensación de paz, pero sí puedo afirmar que mi marido es una de ellas, mi hermana, y mis padres. Ellos me hacen sentir protegida, me hacen ver que están a mi lado, en las buenas y en las malas.
Cuando tengo un día muy malo, no quieres hablar con nadie, quieres estar solo, en ese momento cualquier palabra o cualquier consuelo no te bastan, o por lo menos a mi, necesito llorar, necesito soltarlo, necesito dejarlo salir todo, porque sino seré cruel, haré comentarios que harán daño y eso no lleva a ningún lado, por eso prefiero no decir nada, me aíslo. Me meto en mi caparazón y dejo salir todo lo malo, los pensamientos, la frustración, el dolor y lloro, lloro como una tarde de lluvia, esa lluvia que oigo y que se convierte en lágrimas, por eso, el título de éste relato por llamarlo así, es "el sonido de la lluvia", es el sonido de mis lágrimas, a veces duran horas, otras veces solo unos minutos, pero los necesito, porque sino exploto, es como soltar lastre, como cuando un barco está hasta lo topes y tiene que soltar lastre para continuar, pues así me siento en esos momentos.
La enfermedad en sí es complicada, sea la que sea, yo creo que cualquier enfermedad crónica te puede llevar a una enfermedad psíquica, como me sucedió a mi, es muy sencillo cruzar ese umbral. Pasas de estar bien, de ser una persona con una vida normal, con sus más y sus menos, pero dentro de lo aceptable a convertirte en algo que no soportas, que no aceptas, y el tiempo pasa, y no ves una mejoría, y cada vez vas a peor, y te hundes más en ese pozo, y sin quererlo, sin darte cuenta, estás en el fondo de un pozo muy profundo, al que es muy fácil llegar, pero del que es muy complicado salir.
Espero de corazón que en algún momento todo cambie, y que de la oscuridad pasemos a la luz más brillante, que nos inunde el alma, y que realmente disfrutemos de la vida, encontremos ese punto intermedio y podamos decir, vale, tengo una discapacidad/incapacidad, tengo que vivir con ella, tengo un dolor, aunque espero tener pequeños momentos de serenidad para llevar una vida normal, o por lo menos medianamente normal, y sí eso lo puedo controlar espero que mi estado de ánimo también cambie, y pueda ver la vida de otro color, pueda volver a hacer planes, como antes, irnos a pasar el día por ahí, o ir a cenar en un restaurante con mi pareja sin mirar si las sillas son las adecuadas, o ir a bailar… cuanto lo echo de menos, pero no puedo escupir hacia arriba, que me cae en la frente, hay gente que está muchísimo peor, y siguen adelante, no sé de donde sacan esa fuerza pero lo hacen. Supongo que también les llevo tiempo, tuvieron que pasar por un proceso de adaptación, y de aceptación, o no sé, quizá simplemente su mente es más fuerte que la mía, ¿quíen sabe?. No todos somos iguales, cada uno tiene que luchar con sus miserias.
Lo que sí pido es que la gente sea consciente de lo que las personas enfermas tenemos que luchar día tras días, para muchos es una odisea, el hecho de levantarse es ya un esfuerzo.
Que pensemos más en los demás, que seamos empáticos, que miremos a nuestro lado y veamos a las personas. No que veas a una niña montando el numero en una cafetería, ¿Tu que sabes que le pasa por su cabeza?. O un adulto que falte el respeto y verbalice cosas sin sentido .. a veces, criticamos sin saber. Puede que ese sea su mal, una demencia, o una depresión, o mil cosas. Gente con TDA, o con problemas de ansiedad, porque la sociedad en la que vivimos nos obliga a hacer todo a prisa y corriendo, y a veces no tenemos tiempo para nosotros mismos. Todo se vuelve trabajo, todo se vuelve correr. Cuantas veces no vemos a gente que no para ni diez minutos para comer, no puede, tiene que ir a trabajar, recoger a sus hijos, llevarlos a actividades, preparar la comida para el día siguiente, y vuelta a empezar.. todo eso, al final, nos pasa factura, nuestro cuerpo nos dirá, hasta aquí, tú también necesitas cuidarte, a mi me lo llevaba avisando desde hacía meses y no lo quise escuchar, yo seguí trabajando como una loca, salía a buscar a mis hijos corriendo, llevarlos a sus actividades, luego limpia la casa, arregla la ropa, haz la comida, organiza la agenda, que si médicos, que si reuniones de padres, que sí mil y una cosas, y eso día tras día, y mientras, tu cuerpo te va avisando, primero te da un toque, y te dice eh, para ya, que tienes que parar, no puedes seguir así, pero nada, tu sigues en tu mundo, y venga a correr, venga a seguir sin descansar, y tu cuerpo te da otro toque más, otra advertencia, de momento lo hace por las buenas, como pequeños toques de atención de, cuidado, algo no funciona bien. Pasan los meses pero tú continuas, no porque no te tomes en serio lo que tu cuerpo te dice, sino porque piensas que será agotamiento, contracturas del trabajo, cansancio, etc.. y sigues, así pasan los meses hasta que llega ese día, en que te paras de verdad. Te quedas parada, y no te puedes mover, te llevan a urgencias y empieza tu periplo de un lado a otro. Ese fue mi caso, y de ahí los mil y un médicos y mil terapias y por consiguiente la incapacidad y la lucha, y las lagrimas salen solas, como la lluvia, no hace falta mucho esfuerzo para que yo me ponga a llorar. Como dije antes, además de sufrir lo que sufres, intentas no hacer daño a los demás, que también sufren por ti.
Que nos queda. Aprender a vivir con lo que tenemos, no es lo que nos gustaría, no es lo que deseamos, no pedimos que nuestra vida fuera así, estas cosas llegan solas, nadie desea que le suceda nada malo, pero a veces ocurre. Te ves en un mar, en donde solo estas tú y no hay salvavidas, no hay donde agarrarse, pues yo creo que debemos buscar ese salvavidas, sea el que sea, para continuar un poco mas, aferrarse a un clavo ardiendo si es necesario, pero no podemos dejarnos vencer. Lo estoy escribiendo e intento creérmelo, y ojalá sea cierto, yo sé que ese es el camino, que no hay otro. Que debemos luchar por nosotros y por los nuestros, pero es tan complicado y el mundo solo nos pone obstáculos, la vida no es sencilla, la sociedad no quiere a los inadaptados, te miran por encima del hombro, o te miran con pena, esas miradas extrañas, esos cuchicheos que aborrezco, no quiero dar pena, no quiero que me mires así, mírame a mi, soy una persona, tengo una enfermedad incurable, sí, vivo con ella, pero sigo adelante, no me queda más remedio que seguir. No me voy a rendir, aún hay cosas por las que luchar, por las que dar un paso más adelante, pero la sociedad debe ser consciente de que estamos aquí, que somos personas y que merecemos respeto.
Que nuestro dolor también sea el de los demás, porque te puede tocar a ti, no te creas que no te pasará, estas cosas llegan porque sí, y a veces avisan y otras veces no, llegan sin más. No te queda más remedio que coger el toro por los cuernos y decir. ¡Aquí estoy yo! ¡ puedo con ello! ¡lucharé para seguir!, ¡no me rendiré!.
Es difícil, ya digo que esas mismas palabras me las repito a mi misma todos los días, pero no nos queda otro remedio. Dejemos de ver llover, y esperemos a que ese rallo de sol salga por la ventana y nos inunde a todos.
Montse Astray
Julio/2024
Primera parte |
DISFRUTAR DEL DÍA CON UN POCO DE MÚSICA |
La sinfonía del escritor
Rozalén - Agarrarte a la Vida (Video Oficial)
EL SONIDO DE LA LLUVIA No dejemos de perder la esperanza. Un día más, luchemos por ese día mejor, ese día en el que todo se vea de otro colo...
Entradas populares
-
Bienvenidos a mi blog. Soy una escritora nobel, que me he atrevido a dejarme seducir por el encanto de la escritura. Iré publicando artíc...
-
Buenos días nuevamente, tengo el gusto de poder colgar ya la portada de mi libro, "Una luz en la tormenta" espero que dentro de po...